De los sistemas económicos que además adquieren carácter social, el capitalismo se caracteriza por la privatización de los medios de producción, lo que se traduce a un mercado utilizado como mecanismo mediante el cual el capital actúa de fuente para generar riqueza y los recursos escasos son asignados de forma eficiente, convirtiéndose en concepto totalmente contrario al socialismo desde la perspectiva económico-social.
Igualmente denominado “economía libre” o “economía de libre mercado” el capitalismo tiene un origen inexacto; sin embargo, se marca a la Europa del siglo XIII como punto de partida de su historia, pues pese a la existencia de mercaderes y del comercio desde el seguimiento de las primeras civilizaciones no es sino hasta esa fecha, cuando el sistema económico aparece.
De esta forma, la corriente económica llega como reemplazo del feudalismo en la mayor parte del globo, rompiendo el esquema del trabajo como obligación derivada de la esclavitud o servidumbre señorial, o en otros caso, un compromiso socio/moral para con la comunidad. En lugar de ello la mano de obra tiene precio, por lo que el trabajo era recompensado con capital.
En el sistema capitalista los recursos productivos adquiere carácter privado, dándole paso a la titularidad, o lo que es igual, la pertenencia de los mismos a personas en lugar de organizaciones, incluyendo el Estado.
Desde esa perspectiva, el mercado adquiere protagonismo como mecanismo para satisfacer las necesidades humanas con los recursos disponibles, pues al ser ese el objetivo de la economía, la promoción de la propiedad privada y la competencia se vuelve elemental.
En el modelo capitalista, la producción se sustenta en dos factores indispensables: el trabajo y el capital; por lo que el primero, habrá de proporcionarse únicamente a cambio de una remuneración monetaria – es decir, un salario – aceptado por parte de los empleados bajo su conformidad.
Los medios de producción son organizados por las personas a fin de que la actividad económica, se traduzca a beneficios que le permitan incrementar su capital; todo ello contribuye al favorecimiento de la competencia entre empresas, puesto que tanto bienes como servicios, son distribuidos a través de mecanismos de mercado.
Este esquema organizativo implica a su vez, la oportunidad de generar riqueza, ya que mediante la inversión se dispara el valor del capital, dando paso a un ciclo de retroalimentación que cierra con el incremento de los recursos disponibles.
Son tres los principios elementales que sustentan al modelo capitalista: libertad de empresa, defensa de los derechos individuales y mercado competitivo; de esta forma se caracteriza por:
En resumidas cuentas, un modelo económico que le confiere a los individuos la posibilidad de elegir a conveniencia, los productos o servicios desde una amplia variedad de opciones y alternativas y en donde las decisiones, se conforman en función de la relación demanda/oferta como pilar fundamental de la equidad económica y los precios.
Bajo el esquema capitalista se evidencian dos grandes categorías, el Capitalismo Clásico y el Monopolio Capitalismo, sus implicaciones se explican de la siguiente manera:
Teniendo a Adam Smith – el fundador de la economía – como mente brillante tras la idea, el capitalismo clásico se levanta desde la perspectiva de un Estado casi inexistente en lo que concierne a los asuntos de índole económica.
Asumiendo una presencia de competencia perfecta, la labor del Estado se limitaba a la aplicación de contratos y brindar protección a la propiedad privada, asimismo, era garante del mantenimiento de la ley y el orden en las fronteras nacionales, pero carecía de derecho a opinar o interferir en las actividades económicas, enalteciéndose el principio del laissez-faire.
Tanto los paradigmas de la competencia perfecta, como los del libre mercado no tienen cabida en el sistema económico actual, de hecho, a día de hoy es imposible encontrar un Estado que se muestre inherente respecto a las actividades económicas de su territorio.
Es así como nace la competencia imperfecta, donde son restringidas las operaciones del mercado y cada país tiene presencia activa en las actividades que conforman su sistema económico.
La eficacia en el control de la producción puede considerarse como la principal ventaja que propone el capitalismo como modelo económico, lo que se traduce a reducción de costes e incremento de la calidad de las mercancías.
Del mismo modo, existe una mayor variedad de productos, lo que le ofrece al consumidor la posibilidad de elegir lo que quiere comprar en función de sus propias necesidades y preferencias.
En contraparte, el capitalismo reviste como desventaja el incremento de los conflictos de clase a consecuencia no solo de las fluctuaciones en el nivel de empleo, sino al desequilibrio con el que se distribuye la riqueza nacional.
Por otra parte, en los sistemas económicos capitalista es común el desperdicio de talento, así como el alza en los precios de la mercancía debido a los grandes gastos en publicidad que presenta la oferta, afectando a los sectores menos beneficiados de la sociedad.
Cualquier análisis financiero bajo el esquema capitalista, evidencia la búsqueda del interés propio y la maximización de beneficios para un número limitado de personas, pues son los miembros del espectro económico quienes operan acumulando y empleando capital para ello.
¿Qué pasa con los trabajadores que aportan la mano de obra dentro del sistema? simple, su utilidad es pagada a través de un salario, o cualquier otra clase de retribución, permitiéndoles adquirir los bienes o servicios que demandan para llevar una calidad de vida relativamente aceptable.