En el ámbito comercial, existen diversos factores que ayudan a clasificar a una empresa como parte de la pequeña, mediana o gran industria, como es el caso de la contabilidad.
Y es que cualquier empresa, indiferentemente de su tamaño, e incluso las firmas personales necesitan tener un control de su patrimonio, gastos que realiza y rentabilidad completa.
De este tema, vamos a hablar en este apartado y desglosar los términos más esenciales que se necesitan conocer para un ejercicio correcto y responsable de las funciones contables.
La contabilidad consiste en una profesión profesional – no cualquiera puede realizarla – a cargo de estudiar el estado económico de una empresa dentro del mercado correspondiente a su rubro.
Su objetivo es diseñar un criterio para la toma de decisiones financieras basadas en el flujo de caja que se haya generado en un tiempo determinado previo llamado gestión de patrimonio.
En otras palabras, la contabilidad analiza, registra, resume y controla todas las operaciones – compra, venta, gastos fijos y otros – para presentar en un balance explicativo con fundamentos sólidos.
Como ya lo mencionamos y en concordancia con lo explicado en el concepto de contabilidad es importante por entenderse como un pilar indefectible en cualquier empresa de cualquier tipo o escala.
A diferencia de otros departamentos tradicionales como comunicación, legales o recursos humanos, llevar el control de tus ingresos y egresos es una obligación fiscal que puede ser penada con multas o cárcel.
Por otro lado, es necesaria para la sostenibilidad de tu negocio, ya que a través de ella puedes definir cuánto te cuesta producir – salarios, servicios, gastos fijos, etc. – y saber qué precio ofrecerle a tus clientes.
Si lo analizamos un poco a fondo basado en los ejemplos acordados – comunicación, legales, recursos humanos:
Se encargan de gestionar todos los procesos de integración y valores entre los trabajadores de la organización y su identificación con esta así como idear las estrategias de promoción más efectiva para la empresa.
No obstante, no existe una ley que exija la inclusión de un director o equipo de comunicación en la estructura de tu negocio – especialmente si es pequeño – y si existes y lo que vendes gusta, habrá quien te compre.
Es decir que en esencia es importante, pero no imprescindible. Cuando mucho – y es lo que muchos negocios hacen – le puedes pagar a una persona para que te dé presencia en las redes sociales a un nivel profesional.
Justo este es el nombre que se le da a los abogados encargados de gestionar todos los asuntos legales que competan a tu empresa: registro, consulta de leyes sobre el derecho a la propiedad y permisos, entre otros.
Al igual que el anterior no existe una norma que te exija contar con él. Puedes bien encargarte de cada uno de estos asuntos o pagarle a un abogado por trabajos concretos sin compromisos laborales a largo plazo.
Un dato interesante es que incluso hay empresas consolidadas que emplean este tipo de servicios, bajo condiciones diferentes –cargo único, de autoridad y comprometido– pero no formar parte del personal interno.
Se relaciona mucho con los dos anteriores y manejan esencialmente todas las labores correspondientes a captación de personal, contratos, obligaciones legales sobre la protección del trabajador entre otros.
Por su parte, un profesional de la contabilidad de acuerdo con el perfil de sus funciones también maneja gran parte de esta información, sobre todo la esencial y el resto es variable o muy factible de investigar.
A esto se le conoce como contabilidad fiscal, un enfoque de la contabilidad cuyo ejercicio está orientado hacia las normativas, registros, declaraciones y pago de impuestos y otros asuntos de orden legal.
En resumen, no es imprescindible tenerlo en tu empresa. Claro que te convendría y merecen ser valorados – estudiaron para esto – pero a veces no cuentas con el espacio o estabilidad económica para contaros.
Como ya lo vimos en el ítem anterior, el ejercicio de la contabilidad es imprescindible para el funcionamiento de tu empresa porque te permite conocer la realidad de esta y realizar pronósticos o estimaciones.
Sin embargo, siguiendo con tu capacidad estructural, también es posible que las condiciones de tu empresa no te permitan tampoco incluir a un contador, pero para este caso existen soluciones más formales.
A continuación, vamos a conocer s los tipos de contadores, según la metodología como ejercen esta profesión, que se dividen en contadores internos y externos, con ciertas variables a explicar un poco más a fondo.
Cuenta con la posición de un cargo dentro de la nómina en una organización determinada, cumpliendo un horario, conjunto de funciones específica y goza de todos los beneficios que contempla la ley.
Hay dos maneras de interpretar este cargo, la primera es como profesional independiente o como parte de una organización de servicios de contables.
1. Contador independiente: se trata de aquél profesional de la contabilidad que pone a disposición sus conocimientos para que una empresa le pague por sus servicios.
1.1 Facturas: el empresario debe entregarle cada semana o mes –acuerdo– todas las facturas o registros originales de ingresos y egresos para que el contador los organice en los libros.
1.2 Control de cuentas: mediante el instrumento anterior, realiza análisis del patrimonio y flujo de caja, para las mediciones, pronósticos y balances que el empresario debe conocer directamente.
1.3 Declaraciones: parte de su trabajo corresponde a poner en orden la contabilidad de la empresa según las normativas legales y gestionar el proceso de declaraciones fiscales.
2. Firma de contadores: se trata de una empresa cuyo modelo de negocio es ofrecer servicios de contaduría profesional de manera externa.
2.1 Equipo de trabajo: cuenta con toda la estructura formal de una empresa y de un grupo de contadores para la ejecución del trabajo, supervisados por un jefe y como representante único aprobado para firmar.
2.2 Auditorías: también están capacitadas para ofrecer servicios de gran envergadura como auditorías, que suelen orientarse hacia empresas grandes que tienen contadores pero requieren una intervención externa.