La zona única de pagos en euros, por sus siglas en inglés conocida como SEPA, es el área europea, en el que todas las entidades económicas, ciudadanos, empresas, sociedades y organismos públicos, pueden efectuar y recibir pagos con euros, con las mismas condiciones, derechos y obligaciones.
En concreto es el conjunto de herramientas con el que se pueden hacer transacciones económicas, que no son en metálico, utilizando euros, de forma segura y en las mismas condiciones, con independencia del lugar donde haya sido realizada, siempre y cuando se encuentre dentro de la zona.
En la actualidad los países que pertenecen a la SEPA son los 28 estados miembros de la Unión Europea, además de otros cuatro pertenecientes a la Asociación Europea De Libre Comercio como son Suiza, Noruega, Islandia y Lietchestein junto con Mónaco, San Marino.
Algunas de las regiones ultra periféricas pertenecientes a Francia, Países Bajos o Reino Unido han quedado excluidas de la zona.
El primer objetivo es la normalización de los pagos en euros, regulando los procesos y los trámites, para que sean idénticos en todos los países, evitando diferencias entre pagos nacionales o internacionales.
De tal forma que una persona pueda utilizar su número de cuenta bancaria y sus tarjetas, de la misma manera en cualquiera de los países que pertenecen a la zona, facilitando en gran medida sus transacciones, sin necesidad de conocer las particularidades de la banca de cada región.
Por otro lado, es una manera de fomentar el uso del dinero electrónico, ayudando a ampliar los mercados y reduciendo los costes de las operaciones. Esto facilita, a su vez, la vigilancia de los flujos de dinero para luchar contra el fraude fiscal y la delincuencia organizada.
A través de la SEPA, queda estipulado el funcionamiento de los elementos habituales del pago electrónico. Cada país miembro ha tenido que seguir un proceso de migración durante las últimas décadas, para adoptar un sistema accesible a la SEPA.
Las tarjetas de crédito, así como las de débito, utilizadas para hacer pagos y para efectuar retiradas de efectivo en los cajeros automáticos, funcionarán bajo el mismo reglamento y podrán utilizarse de igual manera en cualquier país.
De la misma manera que para las transferencias bancarias y los adeudos domiciliados, ya sean puntuales o recurrentes como nóminas y pensiones, se unificarán los sistemas, permitiendo realizar este tipo de transacciones, tanto nacionales como internacionales sin distinción.
Es por esto, que las cuentas bancarias, de las entidades que operan dentro del territorio de la SEPA, se identifican a través del código IBAN único para toda la zona. En la actualidad, han quedado obsoletos los formatos tradicionales, que se usaban para distinguir las cuentas nacionales.